Cartel del Experimento Mondongo (detalle).

Sigal Cohen: En Venezuela lo que sobra es talento


Jacinto Salcedo
Diseñador Gráfico / Graphic Designer
Profesor de Historia del Diseño Gráfico en ProDiseño

 


Sigal Cohen
Egresada en 2002 de Prodiseño, Escuela de Comunicación Visual y Diseño. Desarrolla las actividades de diseño desde su empresa
Oruga Films

Por Jacinto Salcado

Esta diseñadora venezolana ganó el premio IYDEY 2007 (International Young Design Entrepreneur of the Year) que otorga el British Council. Aquí nos cuenta su experiencia y sus proyectos

¿Para ti qué significa ser diseñador y ser diseñador empresario?

Pienso que ser diseñador es una condición de vida. Un estado permanente, que no tiene espacio ni tiempo determinado. Es una forma de vivir cada segundo, de relacionarse y de entender el mundo. Aunque es cliché, todo es diseño.

Un diseñador empresario o emprendedor, a mi forma de verlo, es el que se atreve, el que no tiene miedo a equivocarse porque entiende que es una de las mejores maneras de aprender, el que no cree que se las sabe todas sino que quiere tener su propio espacio para conocerlas. El que quiere generar una infraestructura para amar lo que hace y a la vez poder vivir de eso.

Hay muchas cosas que te hacen ser emprendedor. El tener la motivación y el impulso para cada día ser mejor. El tener visión y habilidad. El poder trabajar en equipo, entendiendo las fortalezas y debilidades de cada quien para sacar el mayor provecho a cada talento. Entender que uno no está solo y que una de las mejores cosas de la vida es que la gente que trabaja con uno brille con luz propia y reciba piropos por el trabajo realizado. Mantener a quienes forman tu equipo motivados, aprendiendo todo el tiempo y darles la posibilidad para que te enseñen a ti de igual manera. Reconocer que uno no tiene todas las respuestas y que el proceso siempre es lo más importante para llegar a un resultado satisfactorio. Dar especial cuidado a los detalles… eso marcará la diferencia entre tu equipo, empresa u organización y cualquier otra.

«Todo» es Diseño y mi labor más allá de consumir ese «Todo«, es de producirlo y lograr que los demás puedan y quieran consumirlo.






Aspectos generales de la entrega del Premio.

¿En qué consistió tu participación en el YIDEY?
Es decir: ¿qué te pidieron que llevaras y que llevaste? ¿cómo fue el proceso?

El IYDEY (International Young Design Entrepreneur of the Year) es un premio que otorga el British Council en Londres desde 2005, que apoya los logros de jóvenes diseñadores emprendedores de países con economías emergentes. El programa reconoce su rol y el del entorno de diseño en su determinado país, en el desarrollo de nuevos talentos locales y en el compartir esta creatividad con el resto del mundo.

Cada año se seleccionan diez economías emergentes, a través de aplicaciones que realizan las oficinas locales del British Council. Este año en particular fueron seleccionados: ArgentinaChinaEstoniaIndiaIndonesiaNigeriaPoloniaSloveniaTailandia y Venezuela (es la primera vez que nuestro país participa).

Luego de ser escogidos, en cada país se lleva a cabo un proceso de selección abierto, con un jurado compuesto de figuras líderes de la industria. Se selecciona un candidato por país, de entre 25 y 35 años de edad, por su existente contribución al desarrollo del sector del diseño y su potencial como líder. El premio para cada candidato es visitar el Reino Unido como parte de un programa y representar a su país en la final del IYDEY.

El tour, que se lleva a cabo en Septiembre cada año, provee una introducción al diseño del Reino Unido, incluyendo reuniones con figuras sumamente importantes de la industria y la oportunidad de visitar Londres y Glasgow y de atender al evento 100% Design. Es un viaje que te abre las puertas y te brinda nuevas oportunidades.

Luego de un día de presentaciones por parte de los diez finalistas, el ganador es seleccionado por un jurado de elite en el Reino Unido. El ganador recibe un galardón financiero de £7,500 para ser utilizado en un proyecto que presente una colaboración entre su país y el Reino Unido.

Luego de ser seleccionada para representar a Venezuela, me embarqué en un proyecto inicial para entender cual sería la mejor manera de hacerlo, sabiendo que más allá de representar a un individuo, o a una empresa, debía representar a un país. De manera que regresé un poco a mi lado «académico». Me reuní con varias personas que me ayudaron a meter mi historia en contexto, me senté a investigar, aprender y a escribir de la manera más coherente posible una presentación que hablara de la idiosincrasia del venezolano para dar como resultado la manera en como nos comunicamos y por ende, como diseñamos. Obviamente recurrí a la historia del diseño de Venezuela y tuve la fortuna de contar con Jacinto Salcedo, quien me ayudó a plasmar con ideas claras por qué somos como somos.

Luego puse todo esto en imágenes. Garcilaso Pumar, fotógrafo de la revista «En Caracas» (que ya salió de circulación), me entregó parte de su archivo fotográfico que nos presenta a Venezuela y sobretodo, a Caracas, de una manera sincera, calurosa y colorida.

Así armé la presentación que se llamó The Mondongo Experiment , en la cual empecé definiendo de manera literal lo que es un mondongo (receta dominguera, que se cocina con sobras de toda la semana). Tomando en cuenta la definición de nuestra gastronomía como una fusión entre culturas muy disímiles, hice un paralelismo entre esta receta de domingo y Venezuela: Un gran caldero en el cual entra de todo, se mezcla y da como resultado lo sabroso, lo cálido, lo colorido, lo más feo y lo más bello a la vez. Presenté cómo este caldero que es Venezuela sintetiza una fusión de diversas naturalezas orígenes, texturas y que han dado como resultado la identidad del Venezolano. Poco a poco fui haciendo un recorrido por nuestra historia, hasta llegar a unas interrogantes: Hay acaso una paleta de colores venezolanos que den cuenta de nuestra identidad y nuestra forma de expresar nuestra diversidad y particularidad? ¿Podemos decir que las tipografías, colores, texturas, formas, símbolos e imágenes que a menudo utilizamos al diseñar son «importadas» y por ende, tienen un acercamiento mucho más europeo y americano que propio? ¿Cómo podemos encontrar esa identidad en nuestra gráfica? ¿Volviendo a nuestros inicios aborígenes? Me pregunto entonces, ¿debe luchar lo tradicional contra lo moderno, a la hora de hacer esa búsqueda? ¿Cómo esto afecta al diseño venezolano?

Fue entonces cuando presenté un posible proyecto a desarrollar. Tomando como base la tesis de grado de ProDiseño realizada por Erika SilvestriYillian Crespo y Gustavo Réquiz en 2002, monté a manera de demo una propuesta para realizar «El Experimento Mondongo«. Intentaba tres objetivos:

  1. Generar una plataforma visual con la enorme diversidad cultural venezolana expresada en las múltiples manifestaciones de la coexistencia de lo que es originario, lo tradicional, lo indígena, lo africano, lo popular, lo moderno, lo postmoderno, lo americano, lo europeo es decir, lo venezolano.
  2. Rescatar las expresiones comunicativas y artísticas populares que tienen lugar en nuestros espacios urbanos, rurales y comunitarios.
  3. Construir con estos contenidos un espacio virtual en Web dirigido a profesionales del ámbito visual (artistas, fotógrafos, diseñadores, arquitectos, etc) para ponerlo al servicio del diseño de piezas comunicativas con distintos propósito.

 

¿A qué te compromete el premio? ¿cuál es tu proyecto?

Si bien hay quienes, a manera de tesis o ensayo ya habían puesto sobre el tapete planteamientos sobre cómo buscar identidad visual venezolana, aún no existe en Venezuela un desarrollo concreto de un sistema para el análisis, aprendizaje e intercambio de diseño venezolano. En este caso, propuse ser la precursora; un vehículo, una gerente, una productora, organizadora y estructuradora del tal proyecto. Ser quien lo quiere poner en práctica, dándole mi toque de perfeccionismo y atención al detalle.

¿Qué es?

Un espacio virtual (en web) para la convivencia de lo tradicional, lo que nos rodea, lo que vemos todos los días tal como está, tal como es: caótico, colorido, caluroso, pobre y rico a la vez; con la búsqueda de la modernidad, con la descontextualización y transformación de estos elementos para convertirlos en componentes de diseño editables.

Un espacio para la contemplación, análisis, deconstrucción y aplicación; para la elaboración, carga y descarga de diseño venezolano en forma bruta o procesada, porque TODO es diseño. Una galería del reflejo de lo que nos rodea, para ofrecerlo al mundo entero. Un espacio para desarrollar de manera visual la respuesta a esa pregunta de qué es lo que nos identifica a los diseñadores venezolanos.

¿Qué nos puedes decir de la experiencia de compartir con otros concursantes internacionales?

Qué puede ser más enriquecedor para un profesional del diseño que compartir estas experiencias de visitar el mundo del diseño en el Reino Unido con gente que entiende y vive de la misma manera que uno. A pesar de ser de contextos completamente diferentes, nos enfrentamos a retos parecidos, a problemas similares y sobretodo, nos mueve la misma pasión.

¿Qué aprendiste de toda esta experiencia, el viaje, el proceso, ganar?

Que todo pasa por una razón. Que a veces en el momento menos pensado puede llegar una oportunidad que siempre soñaste pero nunca pensabas podría convertirse en algo real. Solamente el haber viajado dos semanas al Reino Unido fue ya algo inmenso para mí. Prepararme y volver a una parte de mí que había dejado en stand by. Tener el privilegio de conocer gente tan influyente, que está haciendo cosas tan interesantes ya era suficiente. Y realmente no esperaba ganar. Porque además el programa tiene un peso importante en diseño industrial, y el British Council verdaderamente se arriesgó al escoger un país cuyo diseño gráfico prevalece sobre el industrial. Creo que para ellos esto también es un experimento y para mi fortuna, tengo la oportunidad de formar parte de eso y poner mi granito de arena tanto a nivel nacional como internacional en el desarrollo de las industrias del diseño.

A la distancia ¿cómo ves al diseño venezolano, sus fortalezas y carencias, sus oportunidades?

En mi opinión, las fortalezas del diseño en Venezuela también conforman las debilidades. Por existir pocas escuelas y universidades especializadas en el área y un mercado en el cual el diseño es casi siempre apreciado como mera decoración y no como comunicación y especialización en producción de contenidos visuales, la formación de los profesionales de diseño está enfocada en producir «toderos» (individuos que saben un poco de cada área que conforma el diseño, pero no son especialistas en ninguna). Esto lo considero por un lado como una fortaleza, ya que somos capaces de afrontar cualquier tipo de proyecto sin miedo, porque en algún momento hemos hecho «algo de ese tipo» y porque además, nos da una visión global del diseño. Incluso el no tener ciertas herramientas nos permite ser más innovadores y tener que pensar cómo resolver las cosas de la manera más creativa posible.

Pero por otro lado lo veo como una debilidad ya que la falta de conocimientos especializados en áreas como Motion GraphicsAnimación 3DCompositting programación para páginas Web da como resultado una dificultad de lograr productos de alto nivel de especialización o de la talla de otros países, ya que prácticamente no existe el recuso humano con estudios realizados en cada área requerida, que pueda llevar a cabo proyectos complejos en la misma. Generalmente los profesionales de diseño que logran tener buen nivel desde el punto de vista de desarrollo complejo en algún área, lo hacen a través de su experiencia en el campo laboral.

En Venezuela lo que sobra es talento, lo que falta en mi opinión es educación formal en ciertas áreas, y sobretodo, que continuemos con mayor fuerza las iniciativas que ya existen como mercados, asociaciones, comunidades, para organizarnos y hacer actividades concretas juntos, que provean ese espacio para crecer, para formarnos, para enseñar nuestro trabajo a los demás, para competir, para aprender. Que seamos menos apáticos y más participativos, entendiendo que tenemos una responsabilidad como diseñadores de enriquecer nuestro propio sector.

Finalmente quiero agradecer al British Council por la oportunidad, a Jacinto Salcedo por lanzarme el grito de guerra y por guiarme, a todas aquellas personas que han participado en este proceso y que continúan a mi lado queriendo sacar el proyecto adelante. Espero que pronto podamos ver los frutos de este esfuerzo que estamos haciendo.

Noviembre, 2007